Realmente, en setenta y cinco años ha pasados tantas cosas. No solo en la Biblio, sino en nuestra localidad, la comarca, el país y en el mundo. La Comisión que organiza los festejos del aniversario ha tenido la brillante idea de juntar a los referentes de esta institución. Que lujo poder compartir una mesa con ellos, donde las anécdotas, las historias y la luz sobre distintos hechos que jalonaron la vida de nuestra querida biblioteca, se vierten con tanta facilidad como la manifestación de una sonrisa. Los minutos pasan y una mano transparente nos palmea el hombro. La historia nos abraza y nos abrasa, como confiando en que cada uno sabrá como rescatarla para la posteridad. De hecho ya se han puesto en marcha algunos para hacer un raconto de datos, fechas, números e historias. El 11 de septiembre será un día propicio para tomar conciencia de lo que nos han dejado y, de lo que dejaremos a las nuevas generaciones.
Hay quien dice que el ser humano puede leer el pensamiento si se lo propone. Aunque ya somos muchos los que lo hacemos cuando abrimos un libro. Para que no se pierda la costumbre de leer los libro de papel, está este templo sostenido por los vecinos de este pueblo.