La verdad es que ya venía amagando, y hoy se nos fue Alfredo Falabella, cazador de mundos mágicos, hombre en constante búsqueda, porque es el "buscar" y no el "encontrar" los que nos hace avanzar.
Mucho es lo que nos deja, pero su herencia más valiosa es eso: la Búsqueda; mostrar al mundo este paraíso, desde ese horizonte donde la realidad y la fantasía, se rozan.
Seguramente retumbará el eco de Auquín en nuestros corazones, y sentado frente a alguna computadora en la eternidad, seguirá levantando los mailes etéricos que le envíe este pueblo.
Chau Alfredo, hasta cualquier momento.
Mucho es lo que nos deja, pero su herencia más valiosa es eso: la Búsqueda; mostrar al mundo este paraíso, desde ese horizonte donde la realidad y la fantasía, se rozan.
Seguramente retumbará el eco de Auquín en nuestros corazones, y sentado frente a alguna computadora en la eternidad, seguirá levantando los mailes etéricos que le envíe este pueblo.
Chau Alfredo, hasta cualquier momento.
Enrique