Aquí, en la Patagonia, las cosas suceden muy rápido. Hace poco más de un mes la nieve cubría todo el pueblo y pocos se aventuraban a salir de sus casas, por no sacar la cola de la salamandra o arriesgarse a una patinada en plena calle.
Ahora, con el arribo de la primavera, es imposible quedarse en casa, sobre todo en este fin de semana largo, que no sirvió para otra cosa que para recorrer la feria regional, tomarse unos amargos bajos los árboles, o celebrar por estar viviendo en este paraíso.