El 23 de octubre se cumplieron dos años de la desaparición y posterior muerte de Otoño Uriarte, esa niña como cualquier otra que fue y es víctima de la barbarie y la indolencia humana.
En la Plaza Pagano de El Bolsón, bajo el mural que la recuerda, se colocó una cerámica donada por la empresa Zanón, y los vecinos realizaron una marcha, por esas calles que fueron suyas, que la vieron correr tras sus sueños, exigiendo justicia y prevención, porque aunque parezca mentira, los sádicos asesinos aún están sueltos, mirando con lascivos ojos otras "Otoño" que como aquella, andan confiadas por la vida. Confiando en nosotros, sus padres, amigos, funcionarios, religiosos, todos los que debemos velar para que se esclarezca este salvaje asesinato y no vuelvan a ocurrir nunca más.
Desde el verano de su sonrisa y tierna inocencia, a este invierno de su ausencia,
No nos olvidamos de Otoño Uriarte.
Desde el verano de su sonrisa y tierna inocencia, a este invierno de su ausencia,
No nos olvidamos de Otoño Uriarte.