29 de mayo de 2010

Carlos Rey: Gracias por tu aporte a nuestra cultura

Recibimos la noticia que nunca quisimos escuchar, la muerte de un amigo nos enfrenta inevitablemente con nosotros mismos.  Miramos sin ver la tinta que quedó en el tintero, las hojas mudas de palabras que ya nunca se dirán.  Los espacios vacíos que jamás llenarán otras personas.

Ser escritor es muy honroso, pero si además, el escritor trabaja dura, gratuita y desinteresadamente en la difusión de la actividad literaria, es un ser imprescindible, aún cuando no se encuentre el reconocimiento justo, ni el apoyo de aquellos que se benefician aún sin haberlo solicitado.

Posiblemente, haya quien levante la pluma caída, digite la tecla y escriba obituarios. Posiblemente la tinta transparente de una lágrima escriba en su recorrido un homenaje al hombre de letras. 

Quizás un poeta encuentre una rima en la prosa de la fatalidad, y un coro declame sus versos en la despedida. 

Pero más allá de las palabras escritas, las libradas como bandada de pájaros en el cielo de los cafés literarios, algunos escuchen las nunca dichas, las nunca escritas y puedan sentir en la ausencia, la presencia de quien, seguramente nunca se irá.

Hermanos de las letras, nos ha dejado un amigo… Luego del justo minuto de silencio, los invito a estrechar aún más los vínculos con los que seguimos todavía en el caminos.

Un abrazo

Enrique Carlos


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