Antonia Contreras, es poetisa y trabaja en
La maga en mí
No hace más que adiestrar vientos
Que besen tu bosque.
Siempre
Empezando por esta nada
Recalo en el lenguaje
Y el verso se quiebra.
A este artificio de sol
lo mueve el viento
y a mí que desvoy
desvengo
siempre de amores ciegos,
no desesperados.
El huet–huet canta
El bosque es sagrado-
Paisaje de mí, paisaje de él.
Aquí tengo el cielo,
Su tibio– suave aire pasa, traspasa…
Los mapas ampulosos del deseo…contornos cóncavo-convexo
Yuxtapuestos-adheridos, quitan toda lógico.
…Lejos, se va a maullar la gata
Porque no hay fin. (Parece que no lo habrá)
Remanso de viento aunque un aire anginoso
Ronca tanta extremaunción
¿Resuelta? ¿Entregada? Quién sabe.
Hacha-haz la tenacidad de la luz dice
(Siempre dice)
¿Quién acaricia nunca mata?
Alguna vez…
Distancia que no hay – hay.
La niebla.
Abro más los ojos para verme los latidos:
Una frutilla bate su azúcar roja.
Fácilmente recreo el día:
Llueve con hilos de luz sobre las flores
Y el viento besa como beso
Desprendido de otro beso.
Que la noche se anima en su ensueño
Y es de día para el vuelo.
No loca un poco sino “ muy” vuelo…
Y de tanto estropicio crecen flores como Sí.