1 de mayo de 2009

Tato Affif y solsticio

¿Cómo es que las hadas y duendes europeos llegaron a la Patagonia ? ¿Qué los impulso a abandonar su hogar y a cruzar el ancho mar?



Este libro relata las aventuras de un grupo de seres mágicos irlandeses que liderados por Solsticio, a mediados del siglo XIX, emprendieron un fabuloso viaje que los llevo a los bosques que se extienden en una bellísima comarca del sur de la Argentina , que hoy lleva el nombre de El Bolsón.

"Solsticio y el viaje de las Hadas, los Duendes y el silfo"

¿Quién que se precie de escritor, o simplemente plasme en papel sus experiencias, observaciones y vivencias en esta bendita Comarca, no ha mencionado la presencia de seres fantásticos?
Ya es parte de nuestra cultura local, el contacto con tanta belleza, abre una brecha en la conciencia para dar paso a lo inexplicable, lo místico y fabuloso.
Los duendes en el bosque, las sirenas huyendo de los cueros en los ríos y lagos, las salamandras en los incendios forestales, y otros seres que conviven y se nutren de nuestra necesidad de creer.
Tato ha sabido capitalizar este bagage de conocimientos, porque la verdad es que hay gente (Y no necesariamente niños) que cuentan sus experiencias como legítimas, y las compiló en esta novela que seguramente atrapará a más de un citadino y, por qué no a los vecinos de la Comarca.

En estos años compartiendo como comunicador en la comarca, he escuchado relatos sorprendentes de seres que habitan otra dimensión o esta misma. Lo cuentan con tanto entusiasmo que no puedo hacer otra cosa que dar crédito a lo que han vivido. Mezcla de mitos foráneos con mapuches y locales, hasta pareciera tener cierta lógica lo que encontrarás en las páginas de "Solsticio y el viaje de las Hadas, los Duendes y el silfo".
Debe ser que lo que le da vida a la fantasía, es la energía de los que creen en ella. Mientras alguien crea, estará creando y criando un mundo misterioso.
Y como parte de esa magia, de esa necesidad de abastecer de "creedores" y "corrobadores de leyendas" a Tato lo sorprendió que le declarasen el libro de Interés Cultural por el Congreso de la Nación y que lo invitaran especialmente a integrar la delegación de escritores de la Provincia de Río Negro. Reconocimiento merecido no solo por su trabajo en la literatura, sino por su desempeño como docente y sobre todas las cosas, su bonomía.
Bueno muchachos, a buscar el libro y con el pretexto de regalarlo a algún gurí o a quién todavía conserve uno dentro, le pega una leida y "que vuelen los duendes..."
Vea la nota posterior:

Affif en la Feria del Libro

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