18 de agosto de 2009

RODOLFO VENZANO

RODOLFO VENZANO

clip_image006Médico visionario, naturalista, andinista y cartógrafo, pionero del turismo de la comarca andina entre1904-1982, también dejó en la tela su impronta artística, reproducciones que han sido rescatadas para esta muestra.

El Dr. Rodolfo Venzano nació el 11 de diciembre de 1904. Vivió en Ginebra, Suiza, desde 1908 hasta 1918. Se estableció en El Bolsón en 1935. Graduado en Medicina, versado en Botánica, Geología, Meteorología. Andinista de alma y profundo estudioso de la naturaleza.

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Sintetizar la polifacética figura del Dr. Venzano no resulta fácil para ninguna persona que hable desde el recuerdo y mucho menos para quienes vivieron a su lado en los pocos momentos que dio para esa convivencia. El reportaje realizado a Alicia Venzano, su hija, el 24 de Noviembre de 1989 es esclarecedor acerca de muchas de sus actividades llevadas a cabo en El Bolsón.
Venzano fue médico, aviador, naturalista, geógrafo, pintor, estudioso, inquieto recorredor de las montañas, andinista, esquiador, taxista, farmacéutico y poseedor de una personalidad a la vez extraña y entrañable. Dueño de un perfil difícilmente igualable en los tiempos que corren.
Su muerte fue tan enigmática como había sido su vida y su póstumo deseo de ser enterrado en las laderas del Cerro tutelar de El Bolsón, el Piltriquitrón, lo unió al país de la maravilla, del mito y la leyenda.
Rodolfo Venzano se llevó consigo una vida de hallazgos, nomenclaturas, anécdotas y sacrilegios propios de los que no encuentran barreras a los deseos del saber.

Recuerdo de su hija

Cuenta Alicia Venzano : "mi padre nos inculcó profundamente el amor a la naturaleza, lo que hoy llamamos ECOLOGÍA, para él, fue no alterar el equilibrio de la naturaleza por el hombre; el amor por los cerros, los caballos, perros y cuanto bicho ande por ahí..., estos valores hoy son mis afectos. "- ¡Soy feliz despertando día a día en un escenario de bosques y plantas que papá siempre amó! Le agradezco por el entorno que él eligió para nosotros, pienso que la vida es generosa, digo, lo afortunada que soy por vivir en El Bolsón.
“Papá era un adelantado a su época, tuvo mucho que ver su formación escolar primaria y secundaria en Suiza, donde lo llevó mi abuelo; luego se recibió en la Universidad de Buenos Aires como Médico Y Especializó Cirugía. De joven, siempre destacó por su necesidad de conocimiento, un inquieto intelectual con bases científicas y naturalistas. Su falta de respeto a las alturas, las ocultó hasta a su madre, mi abuela según nos contaron, se enteró que papá era piloto cuando ya había volado haciendo loopings de exhibición con avioncitos biplanos, después de recibir su brevet de Piloto Civil de Turismo en el año 1929.

“ Papá caminó tanto por los cerros y bosques!... Salía con su mochila, altímetro, a veces con teodolito y trípode, binoculares en bandolera y en su flaca mochila, para ahorrar peso, unos chocolates en barra, pan y queso y algunas frutas pasas. Así pasaba días y días en la montaña, midiendo, anotando, dibujando. Sus exploraciones y relevamientos de montes y cuencas acuíferas, sus planos fueron aprobados por el Instituto Geográfico Militar y hasta la fecha, salvo algunas excepciones, las altitudes siempre fueron determinadas casi sin error”.

El médico de los yuyos

Como médico atendía a todo el mundo, operaba pero no era lo que le gustaba, alterar y cortar un cuerpo no lo atraía, curaba con yuyos de la zona como las Machis Mapuches, con recetas naturales. Fue médico particular. Llegó a El Bolsón por el 1934-1935, lo fueron a buscar a Bariloche. A veces hizo de dentista por necesidad de la gente, fue Director del Hospital de El Bolsón desde el 1943 y por diez años, también por los sesenta Director de Asistencia Social de la Provincia de Río Negro. Mi padre odiaba los negocios de los fármacos industriales, él no quería que la gente gastara plata en remedios, menos aún no curarse por no poder comprarlos.

Atendía a todos y era de llegar a las casas de sus pacientes de repente; bajando de un cerro alguien que salía a su encuentro: "- Doctor Venzano, que mi patrona está mala y ya nace el crío..." y allí se iba papá con su maletín. En otras ocasiones, lo usual que papá acordaba con la gente era que si lo necesitaban, se adelantaba un parto por ejemplo, los vecinos hacían "señales de humo". Prendían un fuego y le tiraban hojas verdes de radal, pasto verde o una bolsa de arpillera mojada para 'hacer humo', con esto él sabía desde el cerro que lo llamaban.

Claro, después de atender a su enfermo, varios días en la montaña a puro chocolate, hongos y frutos del bosque, dieta vegetariana (porque era incapaz de matar un animal, si sabia que andaban cazadores él espantaba a los desprevenidos animales), mi padre que era de buen diente si lo invitaban a comer hacia honores. También era goloso.
Se cuentan muchas historias de papá médico, pero los que vivimos junto a él sabemos que las primeras vitaminas gratuitas él las trajo de Europa, cada vez que viajaba las compraba con los dineros que obtenía por sus planos y por las arenitas de oro que conseguía en la montaña, a veces le pagaban, otras las compraba o las buscaba solitario en sus expediciones, así gastaba sus pesos, dando sin cobrar las vitaminas que acá no llegaban y que los chicos necesitaban, también los ancianos.

“San Martín y Hube”. Autor R. Venzano

VENZANO FUNDADOR DEL CLUB ANDINO PILTRIQUITRON

clip_image004Los enormes macizos montañosos que rodean las colonias agrícolas Martín Fierro y Epuyén, con sus ventisqueros de reflejos verdosos, agujas rocosas que perforan las nubes, campos nevados, espesos bosques y profundos desfiladeros, tenían que contar con buenos amigos.
A partir de 1935, grupos de andinistas han visitado esta cautivante región que no nos atrevemos a decir sea más o menos hermosa que cualquiera  otra de sus semejantes en la Cordillera. Muchas de sus mansas o arrogantes cumbres fueron holladas por primera vez, descorriéndose el velo de misterio que cubría regiones enteras de atormentada topografía, sobre las cuales se posó la atónita mirada del trepador a quienes sorprendían floridos mallines, rugientes cascadas y ventisqueros espléndidos.
Al promediar el invierno los alegres esquiadores pudieron lanzarse sobre las canchas recién descubiertas. La amistad y camaradería de los andinistas residentes en la zona, les impulsó a agruparse en una organización (Sección El Bolsón del Club Andino Bariloche, 1935) la que tuvo vida efímera porque en aquel entonces no existía vía de comunicación alguna con Bariloche y también porque el número de auténticos amigos de la montaña (tres) no alcanzaba ni siquiera a cubrir la totalidad de los cargos directivos...
Esta Comisión fue integrada por las señoritas Laura Crociati y Jovita Menendez por los señores Cipriano S. Almeira, Teresio Guaseo, Florencio Azcona y el informante, ella funcionó de modo permanente hasta 1946.
Por su parte la Comisión de Andinismo de El Bolsón no permanecía inactiva; abría picadas a los Cerro Lindo y Hielo Azul, levantaba chozas de abrigo en las alturas, etc. Pero, justo es decirlo, fue Don Emilio Frey, el dilecto y cariñoso amigo, tan identificado con nuestras bellas regiones, el verdadero fundador del Club Andino Piltriquitron al insinuamos que ya era tiempo de agruparnos de modo orgánico.
No se necesitó más para que, en Asamblea del 10 de abril de 1946 se fundara nuestro Club en un marco de real entusiasmo y con el fin de propiciar la practica del ski y del andinismo. Al día siguiente se comenzaba la construcción del primer refugio, el cual se elevó gracias a la ayuda pecuniaria de los unos, al trabajo personal de otros y a la donación de materiales que se efectuaran. Todos ellos son verdaderos amigos de de la montaña.
En nueva Asamblea se aprobaron los estatutos, tomando como modelo los del Club Andino Bariloche, y la Directiva se halla constituida del siguiente modo:

Presidente: Dr. Rodolfo D. Venzano; Vicepresidente Ayudante Enrique Moreno; Secretario:
Carlos Castro; Prosecretario: Carlos Tornero; Jalil Namor; Protesorero: Juan Maksymeiom;
Vocal Primero e Instructor, Antonio John, Vocales: Dohaid Bersella, Pablo Muller, Werli, Gaspar Dissinguer.


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